El reconocido cosmólogo Paul
Davies dice que
es posible que inteligencias extraterrestres hayan evolucionado al punto
de que su tecnología pueda ir más allá de la materia, quizás mezclando
su mente con la naturaleza que habitamos.
La búsqueda de inteligencia
extraterrestre está basada en nuestros paradigmas culturales. Con la
creación del Instituto SETI se popularizó la teoría de que una
civilización extraterrestre avanzada debería de haber desarrollado la
radio y debería de comunicarse de esta forma en la profundidad del
espacio. En los últimos años se ha especulado mucho sobre inteligencias
artificiales pululando en el espacio desarrolladas por extraterrestres
que hayan evolucionando al ámbito de la postbiología, quizás satélites,
planetoides o hasta pulsares inteligentes.
¿Pero por qué no considerar la
posibilidad de que una civilzación extraterrestre suficientemente
avanzada ya no esté basada en la materia? Esto es justo lo que explora
el reconocido astrobiólogo Paul Davis en su nuevo libro The Eeerie
Silence. Si nos basamos en un cálculo probabilístico el universo
debería de estar repleto de civilizaciones extraterrestres, ¿por qué no
las vemos, entonces? Tal vez esto se deba a que estas civilizaciones,
que han tenido miles de millones de años para evolucionar, han logrado
manipular la energía y la conciencia de formas que nos son difíciles de
imaginar.
Davies ve una tecnología
extraterrestre
que no está hecha de materia; no tiene tamaño ni forma; no tiene
fronteras definidas o topología; es dinámica en todas las escalas del
espacio tiempo; o, en cambio, no parece hacer nada que podamos
discernir; no consiste de partes discretas separadas; que es un sistema
en un orden sutil más alto de las cosas. Esta descripción de uno de los
cosmólogos más reconocidos de la actualidad se asemeja tenebrosamente a
una descripción de una Matrix o de un diseño de realidades.
Para
Paul Davies esta tecnología
extraterrestre sería “extranatural”; la tecnología es, en su definición
más amplia, inteligencia, mente o intención interactuando o fusionándose
con la naturaleza. Por lo cual extraterrestres podrían tal vez mezclar
su mente con el espacio.
De la misma forma que las
fluctuaciones
cuánticas solo son detectadas con aparatos especiales, la tecnología
extraterrestre podría mantenerse desapercibida e insospechada y podría
existir en un dimensión que extralimita nuestras capacidades actuales.
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