El arquitecto ha construido sus templos como un espejo del cielo para entablar una comunicación astral con la divinidad.
Los templos se construyen como un
espejo
del cielo en la tierra y si vivimos en un universo
fractal, autosemejante, en el que cada
parte contiene la imagen de la totalidad, que mejor que llevar esta
empresa sagrada a constuir templos fractales, templos hechos de
información como la misma materia cuántica de este Gran Holograma.
Estos palacios construidos con la
formula de Mandelbrot,
mandalas que brotan del mar matemático,
nos revelan una alternativa dimensión donde arquitectos alienígenas
diseñan psíquicamente los espacios fabulosos para revivir los grandes
mitos del cosmos. La llegada de los dioses de las estrellas, el
sacrificio de la princesa en la obsidiana sepulcral, la profecía del
retorno del rey solar; otra vez brilla la sangre en la pirámide digital,
otra vez el pájaro del amancer anuncia un nuevo código de tiempo, etc.
Los fractales han sido generados por
Aexion en el programa Incendia. Aexion ha sido iniciado bajo el
prinicpio gnóstico de que el hombre es un fractal de dios.
“El
Regreso del Castillo del Atardecer”, es una constucción con
temas Annunaki. Evoca la franja del crepúsculo, el eon de Marduk, la
noche de la humanidad. Sus torres espiraliformes y fuentes son espacios
de recreo para “aquellos que vinieron del cielo” y usaron a los hombres
para obtener un metal áureo simbólico. Esta basado en un templo
construido en la decadencia de la Atlántida, celebra también la cópula
entre los Nephelim y las hijas del hombre. Tal vez pase desapercibido
pero este palacio está dentro de una planta cactácea.
“Al
Interior del Castillo del Atardecer“, fractal adentro de este
fruto prohibido que obtuvo espinas cuando fue probado por Eva, cuando la
espada del Árcangel del Sol, cayo sobre el hombre como un eclipse y
como dijera el poeta de Lucifer, John Milton: “They hand in hand with
wandering steps and slow/ Through Eden took, Their solitaire way”.
Tambien recuerda la frase del
precursor
del código binario computacional, Gottfried Leibniz:
“Cada porcion de materia puede
concebirse como un jardin lleno de plantas y como un estanque lleno de
peces. Pero cada rama de la planta, cada miembro del animal, cada gota
de sus humores, es tambien ese jardin, ese estanque.
En este jardín de senderos que se
bifurcan al interior del Castillo del Atardecer , en un laberinto
escheriano, en un loop, las almas (esos hologramas proyectados de las
esferas platónicas) se buscan, entre oscuros claveles y cisnes lúgubres
encantados, llevando una condena que no pueden recordar, hasta que la
fotosíntesis de la visión órfica actúe como un anti-opio y les muestre
que en realidad las tinieblas por donde vagan son parte del cuerpo
luminoso de una diosa fractal.
“El Templo de la Nueva Era”, de
evidente inspiración atlántida (en su esplendor), consagrado a Poseidón,
pastor de delfines, con el trípode centital. El templo también refleja
entres sus cristales la luz del sol, el amanecer profetizado por Thoth,
en palabras de Crowley: “Eon of Horus, the Crowned and
Conquering Child”.
Este templo de la “Nueva Atlántida”
supone una construcción hecha a partir de nanotubos, lo que le permite
doblarse en sí mismo como una fortaleza marmórea, una concha que
contiene la perla azul, el tesoro del planeta de Lady Sofia.
El “Templo
Aztecta” muestra la visión bélica cósmica de este pueblo, las
terminaciones piramidales se desenvuelven como armas de rayos laser o
psicoductos por donde el Logos del Tlatoani puede circular. Una
complicada fortaleza que oculta en sus repiticiones la cámara de los
misterios donde la serpiente se convierte en quetzal.
“El
Sueño del Arquitecto Maya”, la ciudad espiral que refleja a la
galaxia. Hunab-Ku, la mariposa galáctica que emana en su crisálida la
energía cósmica (en rayos gamma) que nutre al sistema solar. El tejido
de la realidad, reificación del principio In-lackech. Una ciudad, como
aquellas de las que gustaba oír Kublai Khan, que se extiende hasta el
infinito, que se copia a sí misma cada instante porque esta hecha con el
mismo código con el que el Gran Arquitecto diseño este Universo. Algún
día esta ciudad despertará como un elefante.
”
The Temple of the Fractal Lotus”
En este palacio de loto fractal
pasaría
una noche con la mujer de las Pléyades cuya mirada de luzazul ha
hipnotizado por eones vagabundas almas.
La cima de esta escalera blanca se
llama
Sahasrara y es la iluminación (la explosión de mil pétalos diamante en
un meta-instante: un fractal de la eternidad).
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