Suicidas castigados por el demiurgo

suicida feliz

Los suicidas son severamente castigados por el dios demiurgo por no cumplir la tarea de siervo que le ha encomendado a esa alma-cápsula contenedora de la conciencia real. Entonces el conjunto ego-alma-conciencia, deberán enfrentar los múltiples castigos por haber abandonado la vida que se les ha impuesto, o sea que la conciencia en sí pasa de un sufrimiento a otro.

Una vez muerta la persona,se irá encontrando paulatinamente con seis grandes "  sorpresas"  que se podrían resumir de la siguiente manera.

Primera sorpresa: El suicida al quitarse la vida generalmente tiene la idea de liberarse de los problemas que tanto insoportable dolor le causan,pero resulta que lejos de no sentir nada más y liberarse del tremendo pesar, Esta persona para su gran sorpresa se reconoce viva aún estando fisicamente muerta, entonces el sufrimiento es mucho peor que antes de suicidarse, se siente sola, deprimida y la locura comienza a adueñarse de su alma.

Segunda sorpresa: El suicida según el tipo de seppuku* que ha eligido y los motivos que le llevaron a ello, sufre un desenlace u otro, siendo el ahorcado, por ejemplo, que padecerá  asfixia constante por falta de oxígeno (afixia interminable). El que se ha arrojado al agua intencionadamente, sentirá por mucho tiempo, como las aguas penetran e inundan sus pulmones llenandolo de desesperación y dolor, al mismo tiempo que bracea y patea en acción refleja, sin conseguir irse a ninguna parte.
Si recurrió a algún veneno o a los barbitúricos, sentirá un ardor quemar sus entrañas, mientras desciende por su cuerpo las sustancias de una forma tal, que pedirá a dios, lo fulmine con el fin de dejar de sufrir.

Si acabó su vida con un tiro en la cabeza, será la bala que va penetrando las capas de su cerebro de forma constante y lenta, percibiendo como va destrozando cada fibra íntima, repercutiendo los dolores agudos al mismo tiempo que la herida no deja de sangrar y vomitar masa encefálica por el orificio.

Al que se arrojó a algún vehículo en marcha o a las vías del tren, será infinita la visión y el horroroso dolor de sus carnes despedazadas, las que constantemente le martiricen su alma, percibiendo el triturar de sus huesos y el desgarramiento de sus carnes.

Sea cual sea la forma de suicidio, lo único que encuentra el suicida, es horror y desesperación desvastadora. La vida no se extingue jamás ya que la conciencia está atrapada dentro del alma*; La persona siente esa terrorífica sorpresa que no esperaba y padece las más altas cotas de sufrimiento que  parece no tener fin jamas, lo que le aumentará su desesperación hasta límites desconocidos

Tercera sorpresa: Pasado largo tiempo de sufrimiento (años enteros sin dormir, repleto de horror y privado de todo descanso (pués el espíritu no tiene necesidades físicas), entra en el ciclo de regeneración del periespiritu en hospitales más o menos como los terrestres, pero con médicos que trabajan en la reparación del cuerpo astral del paciente, la poca libertad que dispone le permite conocer el deplorable estado en el que se encuentra, el tiempo perdido en una vida desaprovechada, el dolor que aún debe pasar para reparar el error de suicidarse, hace que la culpa y el arrepentimiento se conviertan en un dolor psíquico profundo y desgarrador. Cansado, torturado, sediento, abatido, angustiado y derrotado por las leyes demiúrgicas, comienza a intuir que solo tiene una salida para acabar con semejante cautiverio; Revivir la misma experiencia que lo indujo al periplo del suicidio.

Cuarta sorpresa: El ya arrepentido (por las malas) suicida sabe que ha de volver a reencarnar en una experiencia que le lleve exactamente al mismo punto donde tomo la decisión de suicidarse en su anterior encarnación, el gigantezco temor a tener que volver a experimentar los mismos sufrimientos es terrible, delirante, la realidad del demiurgo supera la ficción, no existe vocabulario en la lengua que defina el sufrimiento de estas almas-conciencia al pensar que pueden volver a y experimentar otra vez semejante pesadilla.

Quinta sorpresa: Dependiendo del tipo de suicidio elegido, la condición en la que se reencarne variará por el daño hecho al periespíritu que digamos es la mezcla del cuerpo etérico-astral, el que se disparó en la sien, probablemente nacerá sordo o carecerá de visión en el ojo del lado del disparo, el ahogado sufrirá problemas respiratorios, el que tomó veneno padecerá sufrimientos del aparato digestivo, el que se lanzó al tren, minusvalías como perdida de algún brazo o piernas y/o parálisis.


Sexta sorpresa: De nuevo en la Tierra enfrentándose a los mismos problemas que le hicieron tomar la decisión de suicidarse, pero en peores condiciones que la vez anterior, una vida todavía más desgraciada, pero sin duda mucho mejor de la que dejó en el mundo espiritual donde los sentimientos son muchísimo más fuertes puesto que allí no existe el tupido velo de la carne.

Recomiendo el libro: Memorias de un suicida, donde se explica de una manera elegante y acertada la propia experiencia de la escritora que en un momento dado también eligió el suicidio como vía de liberación.


 Libro: http://www.espiritismo.cc/Descargas/libros/Suicida.pdf



* El alma es un recipiente para la conciencia real, el alma está compuesta de una parte física y otra espiritual, haciendo de nexo entre ambos mundos. La conciencia dentro del alma queda en un estado semiconsciente, entre adormecida y drogada... El alma conecta al ego (personalidad artificiál dada por dios demiurgo) con la energía antimateria de la conciencia que en este caso es utilizada como la bateria que anima al muñeco humano. En otro artículo ampliaremos estos conceptos.

  

Conociendo los japoneses místicos el proceder del sistema demiúrgico en el más allá, Optan por el suicidio seppuku (harakiri), Este suicidio apunta no solo a la muerte física sino también a la destrucción del alma, librando así de su prisión a la conciencia, una vez libre, esta (que es antimateria), se vá a otro plano que excede los territorios del dios demiurgo, y así se funde con lo que los budistas sabiamente llamaron nirvana. Ampliaremos estos conceptos en otro artículo.